Primera noche en casa, despertando cada 2-3 horas para dar de mamar a la recién llegada. Aún así, hemos podido dormir más o menos bien.
Nada más desayunar he ido a recoger a Mar, que ha podido disfrutar de unos días con sus abuelos, en una casa con jardín. Después de estos días de confinamiento le ha venido muy bien.
También he aprovechado para traer casi todo lo que teníamos almacenado (y preparado) para la recién llegada, aunque no ha aparecido lo más importante, la hamaca.
Al llegar a casa, Mar nerviosa y al mismo tiempo con un poco de vergüenza de conocer a Neus. Enseguida le ha dado sus primeros besos y caricias. Hemos intentado prepararla para este momento para que hubiera el mínimo de celos posibles. Ya os contaremos si ha funcionado.
El resto del día ha ido con retraso. Hasta las 23:30 no tuvimos a las niñas dormidas…
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